“La belleza está en los ojos de quien la mira”


Esta frase deja entrever el carácter psicológico que engloba todo lo relacionado con la estética.

El ser humano está en una constante búsqueda de las mejores habilidades y conocimientos que le permitan mantenerse integrado en una sociedad que se hace más exigente conforme pasa el tiempo.

Esta realidad ha hecho que las distintas especialidades de la odontología respondan perfeccionando sus parámetros de observación y uniendo sus esfuerzos para mejorar la evaluación clínica. Se debe tener en cuenta que uno de los requisitos más frecuentes de los pacientes que acuden a un consultorio odontológico es el de lograr la mayor cantidad de cambios en el menor tiempo posible.

La sonrisa representa la forma más primitiva de comunicación de los seres humanos. La capacidad para que un individuo pueda exhibir una sonrisa agradable dependerá de la calidad de las estructuras dentarias, los elementos gingivales que contenga, su conformidad con las reglas establecidas sobre las estructuras estéticas y las relaciones existentes entre los dientes, los labios y la boca en general durante la sonrisa.

El principal objetivo del tratamiento de ortodoncia está orientado a conseguir la posición ideal de los dientes, aproximarse a la Clasificación de Angle, al análisis Cefalométrico y su enfoque en la atención del perfil y NO a la estética de tejidos blandos.

Es necesario tener en cuenta que el motivo principal de consulta del paciente es “Mejorar su sonrisa”, por lo tanto hay que analizar la exhibición dental al hablar y sonreír, con el paciente sentado de frente para poder analizar la línea del labio, el arco de la sonrisa, la curvatura del labio superior al sonreír, los corredores bucales, la simetría en la sonrisa, el plano frontal oclusal, el componente dental y gingival, es decir observar la expresión facial como una unidad integrada y no aislar los elementos.

En el análisis ortodóntico de la sonrisa se deben evaluar tres características estéticas como son la cantidad de estructura dentaria expuesta, cantidad de tejidos gingivales visibles y la dimensión transversal de la sonrisa.

La cantidad de corona clínica que se exhibe al sonreír debería llegar hasta el borde del contorno gingival. Con la edad, la cantidad de exposición dental al sonreír disminuye por pérdida de la tonicidad de los músculos periorales, la acción de la gravedad hace que se eleven menos. Lo contrario sucede en la arcada inferior en el que observamos que, con la edad, se empiezan a exhibir más los incisivos inferiores.

Al hablar de la sonrisa no se puede obviar los llamados “espacios negros” o corredores bucales. Aparecen al sonreír, entre la superficie vestibular de los dientes superiores y la comisura labial como resultante de la diferencia transversal del maxilar superior con respecto a la amplitud de la sonrisa. Estos se encuentran en proporción áurica con respecto a las estructuras dentarias anteriores. Se ha documentado en la literatura protética que una sonrisa dental sin la presencia de corredores bucales, resulta irreal y poco atractiva.

El concepto de proporción en odontología se ha visto relacionado con el tamaño de los dientes en la boca, la importancia de las dimensiones y la proporción entre el ancho y largo de los dientes de forma individual y en conjunto. En base a esto, podemos establecer el ancho del incisivo central superior con respecto al incisivo lateral superior y la porción mesial visible del canino y así sucesivamente hasta colocar todos los dientes en el espacio.

Si se sigue la fórmula de las proporciones doradas, una sonrisa vista directamente desde el frente se considera estéticamente aceptable si cada diente, tomando como punto de partida la línea media, es aproximadamente el 60% del tamaño del inmediatamente anterior a éste, basándonos en su tamaño aparente (no se refiere a tamaños medidos). Esta fórmula no es absoluta, solo sirve de guía para establecer proporcionalidad, son herramientas diagnósticas útiles que tiene el odontólogo.

En la actualidad pareciera más coherente establecer una relación de la cuantificación numérica de la belleza con la cuantificación psicológica. En un futuro no muy lejano se prestará más atención a las proporciones, para alcanzar resultados confiables y mesurables en el plano estético, pero sin dejar de lado el efecto psicológico que permite una reacción individualizada de la estética.

La línea de la sonrisa y su impacto en la estética facial obliga a los ortodontistas a pensar más a la hora de poner en práctica una u otra técnica que permita brindarle a sus pacientes sonrisas verdaderamente atractivas.

Dra. Mariana Mazzeo A.

Especialista en Ortodoncia.

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